viernes, 19 de octubre de 2012

LA PREDICACIÓN SOCIAL DE LOS PROFETAS




INTRODUCCIÓN
En el siguiente trabajo trataremos sobre la predicación social de los profetas; y dentro de este temática se hablará sobre los profetas, los principales rasgos de su predicación social, las misiones que tuvieron estos grandes predicadores, su influencia dentro del entorno  social, como también la importancia que  tuvieron sus enseñanzas y mensajes  a través de la historia, con la cual lograron obtener un alto reconocimiento  y además cumplir su mas importante objetivo que  es llevar la palabra de Dios a todas las naciones.
  

OBJETIVOS

Objetivo General:
v  Valorar la importancia de la predicación social de los profetas a través de la historia.

Objetivos Específicos:
v   Analizar el papel que cumplen estos predicadores en el entorno social.
v  Dar a conocer  los principales rasgos  o características de la predicación social de los profetas.
v  Interpretar las enseñanzas y mensajes bíblicos dejados por estos profetas.



LA PREDICACIÓN SOCIAL DE LOS PROFETAS

La palabra profeta viene del griego "profetes" que significa "locutor". El que dice lo que la divinidad le ha inspirado. En hebreo, se dice "nabí" que significa "el que ha sido llamado" "el que tiene una vocación". Por tanto, el nombre profeta indica claramente la misión de estos hombres: el profeta es el que habla en nombre de Yahvé; es su voz viva en medio del pueblo, para recordar las promesas entre Dios y su pueblo, para enderezar y corregir. Por tanto, tiene doble finalidad “Anunciar y Denunciar”. En la Biblia también los profetas son llamados como: guardianes del pueblo, centinelas de Yahvé. Son hombres de fuerte personalidad y espiritualidad, intermediarios, siervos de Yahvé. Son hombres que, bajo el impulso de Dios, comprenden lo que está sucediendo y transmiten al pueblo un continuo llamado a la conversión, y su misión es discernir la voluntad de Dios sobre el presente del pueblo, para proyectarlo a un futuro de esperanza y de salvación. 

Misión de los Profetas:

La misión de los profetas es tratar de salvar a la nación de su idolatría y maldad, volviéndolos a Dios; fracasando en esto, anunciar que la nación sería destruida, pero no destruida del todo; un remanente sería salvo. De en medio de este remanente vendría una influencia que se extendería por toda la tierra y traería a Jehová todas las naciones.
También tenían como misión recordar la Alianza; reprochar la infidelidad y las consecuencias de esa infidelidad, si no se convierten: juicio y condena; la restauración, como esperanza; el resto; el Mesianismo; la perspectiva escatológica, es decir, la proyección de las promesas proféticas más allá del tiempo.
La predicación  Social.
Muchos libros modernos a cerca de los profetas hacen gran énfasis en su mensaje social, su denunciación de la corrupción política, de la opresión y de la podredumbre moral de la nación. Sin embargo, lo que más preocupaba a los profetas era la “idolatría” de la nación; que erraba en su concepto de Dios.

La predicación social de los profetas se puede estructurar en torno a tres puntos: 
Ø  La relación del ser humano con Dios
Ø  La condición pecadora del ser humano
Ø  La fidelidad a la Alianza.

La relación del ser humano con Dios:

El centro mismo del mensaje de los profetas es Dios, se destaca la defensa que ellos hacen del monoteísmo, Dios no hay más que uno, y ese Dios es Yahvé, por eso los profetas atacan duramente a los falsos dioses, a los ídolos, a la absolutización de cualquier cosa que no sea Dios.
Durante el exilio, cuando a través de tantos fracasos, el pueblo llega a dudar del poder de Yahvé, este ataque profético contra los falsos dioses se hace más patente (Jer 10,1-16). Este Dios único es el absolutamente santo que merece, por eso, todo el respeto y veneración (Is 6,1 y ss.) Pero, al mismo tiempo, es un Dios lleno de ternura y amor incansable para con su pueblo, como el esposo que ama a la esposa sin límites y se entrega a ella con pasión de enamorado (Os2).

La condición pecadora del ser humano:

A la santidad de Dios se contrapone la impureza del hombre, porque el pecado aleja al hombre de Dios. El pecado es, en efecto, un atentado contra el Dios de la justicia (Amos) contra el Dios del amor (Oseas), contra el Dios de la santidad (Isaías).
En consecuencia, el hombre debe "buscar a Dios", es decir, debe practicar la justicia, portarse honradamente con los demás, vivir en sencillez y humildad (Mi 6,8), lo que Dios quiere es la religión interior, la que brota del corazón del hombre. La verdadera relación con Dios exige y lleva consigo una relación coherente con los demás (Is 10,1-4; Ez 9,8-10).

La fidelidad a la Alianza:

Los profetas veían cada situación y cada hecho a la luz de Dios. Y eso es lo que les daba la libertad y la valentía que demostraron ante los reyes y grandes del mundo. Los profetas se interesaron por la vida política y social de Israel, porque en ella estaban comprometidos la fidelidad a la Alianza y el bien del pueblo. Los profetas estaban persuadidos de que la seguridad de Israel dependía, no de los pactos internacionales con las potencias extranjeras, sino de la fidelidad del pueblo y sus gobernantes a la Alianza.
Está claro que hombres que hablaban con esta libertad debían tener un mal destino: la cárcel, la condena y la muerte. En este sentido, los evangelios recogen unas palabras durísimas de Jesús:
"Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, edificáis los mausoleos de los justos, decís si hubiéramos vivido en tiempos de nuestros antepasados, no habríamos colaborado en la muerte de los profetas. Pero lo que atestiguáis es que sois hijos de los que mataron a los profetas" (Mt 23,29-31)

El Mensaje central de los profetas:

Profetas mayores:

·    Isaías: Dios tiene un remanente para el cual hay una posteridad gloriosa. La maravillosa venida de Emmanuel, su obra, padecimiento, muerte y victoria.
Denuncia social y política: denuncia a la clase dominante por su lujo y su orgullo, por su codicia y sus injusticias a costa de los pobres. Y lo hace para provocar un cambio de conducta, una conversión, para que todos se encuentren con Dios. Is cap. 1; 3; 5; 10.

·       Jeremías: El pecado, la destrucción, y la gloria futura de Jerusalén.
Arrancar y derribar: la infidelidad a Dios, el culto falso, exterior y vacío. Cf. Jer 2; 7; 13, 31-34

·     Ezequiel: La caída de Jerusalén, su restauración y su glorioso porvenir. Un Israel floreciente en los postreros tiempos, “una gran nación”.

·       Daniel: Los cuatros reinados, y el reinado universal y eterno de Dios.

Profetas menores:

·  Joel: Visión de la edad del evangelio; la cosecha de Jehová entre las naciones. Desobediencia, castigo, arrepentimiento, bendición y promesa de un futuro glorioso.

·   Jonás: Vislumbre del interés del Jehová de Israel en los enemigos de este. El amor por aquellos que no han conocido su Palabra, la oportunidad de alcanzarle a través de sus misericordias, aun para los más despiadados su amor no se limita.

·   Amós: La casa de David, ahora rechazada por Israel, un día regirá la tierra. Predicción del juicio contra las naciones vecinas, a causa de sus pecados. Las cinco visiones del juicio venidero y las bendiciones que seguirán, después de este, (pasado, presente y futuro para Israel y el mundo).

·    Oseas: Jehová, rechazado por Israel, un día será el Dios de todas las naciones. El juicio de Dios se expresa en el nombre de sus tres hijos. En dos secuencias repite el ciclo del adulterio, juicio, ternura y restauración.

·      Miqueas: El príncipe venidero de Belén y su reinado glorioso.

·      Nahum: El juicio inminente de Nínive y su desvanecimiento.

·    Sofonías: Anuncia el juicio venidero, el inminente día de la ira de Jehová caerá sobre Judá.

·      Abdias: Por su enemistad contra el pueblo de Dios, Edom perecerá del todo.

·      Habacuc: La seguridad del triunfo final del Pueblo de Dios. "El justo vivirá por “fe”.

·      Hageo: El segundo templo, y el gran templo futuro.

·  Zacarías: El Rey venidero su casa y su gloria. El llamado a su pueblo al arrepentimiento y volverse a su Dios.

·    Malaquías: Último mensaje a la desobediente nación Mesiánica. El padre amante y su hijo que ha deshonrado a su padre.



CONCLUSIÓN
Del anterior trabajo podemos concluir que en la comunidad cristiana no faltan profetas que con su palabra y su vida anuncian, impulsados por el Espíritu, la salvación de Dios al mundo. Son hombres y mujeres que creen en el mundo nuevo instaurado por Jesús y luchan por implantarlo oponiéndose a toda clase de injusticias y sin dejarse vencer por el desaliento ni por el miedo a los poderosos y sabios de este mundo y además dedican sus vidas y sus fuerzas en ayudar a todas las personas, especialmente las más necesitadas.
Por lo tanto es importante reconocer el papel que cumplieron estos profetas en la historia; como también los profetas que hoy en día se dedican a la misma labor de llevar ese mensaje social y por supuesto la palabra de Dios a todas las naciones.




CIBERGRAFÍA




2 comentarios:

  1. Muy interesante ya quiero la segunda parte, lo que más me gustó fue cuando Legolas derrotó a todos los Orcos y derrumbó al elefante, muchas gracias Buda los bendiga

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