INTRODUCCIÓN
En el siguiente trabajo
trataremos sobre la predicación social de los profetas; y dentro de este
temática se hablará sobre los profetas, los principales rasgos de su
predicación social, las misiones que tuvieron estos grandes predicadores, su influencia
dentro del entorno social, como también
la importancia que tuvieron sus
enseñanzas y mensajes a través de la
historia, con la cual lograron obtener un alto reconocimiento y además cumplir su mas importante objetivo
que es llevar la palabra de Dios a todas
las naciones.
OBJETIVOS
Objetivo
General:
v Valorar
la importancia de la predicación social de los profetas a través de la
historia.
Objetivos
Específicos:
v Analizar el papel que cumplen estos
predicadores en el entorno social.
v Dar
a conocer los principales rasgos o características de la predicación social de
los profetas.
v Interpretar
las enseñanzas y mensajes bíblicos dejados por estos profetas.
LA
PREDICACIÓN SOCIAL DE LOS PROFETAS
La palabra profeta viene del
griego "profetes" que significa "locutor".
El que dice lo que la divinidad le ha inspirado. En hebreo, se dice "nabí" que
significa "el que ha sido llamado" "el que tiene una
vocación". Por tanto, el nombre profeta indica claramente la misión de
estos hombres: el profeta es el que habla en nombre de Yahvé; es su voz viva en
medio del pueblo, para recordar las promesas entre Dios y su pueblo, para
enderezar y corregir. Por tanto, tiene doble finalidad “Anunciar y Denunciar”. En la Biblia también los profetas son
llamados como: guardianes del pueblo, centinelas de Yahvé. Son hombres de
fuerte personalidad y espiritualidad, intermediarios, siervos de Yahvé. Son
hombres que, bajo el impulso de Dios, comprenden lo que está sucediendo y
transmiten al pueblo un continuo llamado a la conversión, y su misión es
discernir la voluntad de Dios sobre el presente del pueblo, para proyectarlo a
un futuro de esperanza y de salvación.
Misión de los Profetas:
La misión de los profetas es
tratar de salvar a la nación de su idolatría y maldad, volviéndolos a Dios;
fracasando en esto, anunciar que la nación sería destruida, pero no destruida
del todo; un remanente sería salvo. De en medio de este remanente vendría una
influencia que se extendería por toda la tierra y traería a Jehová todas las
naciones.
También
tenían como misión recordar la Alianza; reprochar la infidelidad y las
consecuencias de esa infidelidad, si no se convierten: juicio y condena; la
restauración, como esperanza; el resto; el Mesianismo; la perspectiva
escatológica, es decir, la proyección de las promesas proféticas más allá del
tiempo.
La predicación Social.
Muchos libros modernos a
cerca de los profetas hacen gran énfasis en su mensaje social, su denunciación
de la corrupción política, de la
opresión y de la podredumbre moral de la nación. Sin embargo, lo que más
preocupaba a los profetas era la “idolatría” de la nación; que erraba en su concepto de Dios.
La predicación social de los profetas se
puede estructurar en torno a tres puntos:
Ø La
relación del ser humano con Dios
Ø La
condición pecadora del ser humano
Ø La
fidelidad a la Alianza.
La
relación del ser humano con Dios:
El centro mismo del mensaje
de los profetas es Dios, se destaca la defensa que ellos hacen del monoteísmo,
Dios no hay más que uno, y ese Dios es Yahvé, por eso los profetas atacan
duramente a los falsos dioses, a los ídolos, a la absolutización de cualquier
cosa que no sea Dios.
Durante el exilio, cuando a través de tantos fracasos, el pueblo llega a dudar del poder de Yahvé, este ataque profético contra los falsos dioses se hace más patente (Jer 10,1-16). Este Dios único es el absolutamente santo que merece, por eso, todo el respeto y veneración (Is 6,1 y ss.) Pero, al mismo tiempo, es un Dios lleno de ternura y amor incansable para con su pueblo, como el esposo que ama a la esposa sin límites y se entrega a ella con pasión de enamorado (Os2).
Durante el exilio, cuando a través de tantos fracasos, el pueblo llega a dudar del poder de Yahvé, este ataque profético contra los falsos dioses se hace más patente (Jer 10,1-16). Este Dios único es el absolutamente santo que merece, por eso, todo el respeto y veneración (Is 6,1 y ss.) Pero, al mismo tiempo, es un Dios lleno de ternura y amor incansable para con su pueblo, como el esposo que ama a la esposa sin límites y se entrega a ella con pasión de enamorado (Os2).
La
condición pecadora del ser humano:
A la santidad de Dios se
contrapone la impureza del hombre, porque el pecado aleja al hombre de Dios. El
pecado es, en efecto, un atentado contra el Dios de la justicia (Amos) contra
el Dios del amor (Oseas), contra el Dios de la santidad (Isaías).
En consecuencia, el hombre debe "buscar a Dios", es decir, debe practicar la justicia, portarse honradamente con los demás, vivir en sencillez y humildad (Mi 6,8), lo que Dios quiere es la religión interior, la que brota del corazón del hombre. La verdadera relación con Dios exige y lleva consigo una relación coherente con los demás (Is 10,1-4; Ez 9,8-10).
En consecuencia, el hombre debe "buscar a Dios", es decir, debe practicar la justicia, portarse honradamente con los demás, vivir en sencillez y humildad (Mi 6,8), lo que Dios quiere es la religión interior, la que brota del corazón del hombre. La verdadera relación con Dios exige y lleva consigo una relación coherente con los demás (Is 10,1-4; Ez 9,8-10).
La
fidelidad a la Alianza:
Los profetas veían cada
situación y cada hecho a la luz de Dios. Y eso es lo que les daba la libertad y
la valentía que demostraron ante los reyes y grandes del mundo. Los profetas se
interesaron por la vida política y social de Israel, porque en ella estaban
comprometidos la fidelidad a la Alianza y el bien del pueblo. Los profetas
estaban persuadidos de que la seguridad de Israel dependía, no de los pactos
internacionales con las potencias extranjeras, sino de la fidelidad del pueblo y
sus gobernantes a la Alianza.
Está claro que hombres que
hablaban con esta libertad debían tener un mal destino: la cárcel, la condena y
la muerte. En este sentido, los evangelios recogen unas palabras durísimas de
Jesús:
"Ay de vosotros,
maestros de la ley y fariseos hipócritas, edificáis los mausoleos de los
justos, decís si hubiéramos vivido en tiempos de nuestros antepasados, no
habríamos colaborado en la muerte de los profetas. Pero lo que atestiguáis es
que sois hijos de los que mataron a los profetas" (Mt 23,29-31)
El Mensaje central de los profetas:
El Mensaje central de los profetas:
Profetas mayores:
· Isaías: Dios tiene un remanente para el cual hay una
posteridad gloriosa. La maravillosa venida de Emmanuel, su obra, padecimiento, muerte y victoria.
Denuncia social y política: denuncia
a la clase dominante por su lujo y su orgullo, por su codicia y sus injusticias
a costa de los pobres. Y lo hace para provocar un cambio de conducta, una
conversión, para que todos se encuentren con Dios. Is cap. 1; 3; 5; 10.
· Jeremías: El pecado, la destrucción, y la gloria futura
de Jerusalén.
Arrancar y derribar: la infidelidad a Dios, el culto falso, exterior y
vacío. Cf. Jer 2; 7; 13, 31-34
· Ezequiel: La
caída de Jerusalén, su restauración y su glorioso porvenir. Un Israel floreciente en los postreros
tiempos, “una gran nación”.
· Daniel: Los cuatros reinados, y el reinado universal
y eterno de Dios.
Profetas menores:
· Joel: Visión de la edad del evangelio; la cosecha de
Jehová entre las naciones. Desobediencia, castigo, arrepentimiento, bendición y
promesa de un futuro glorioso.
· Jonás: Vislumbre del interés del Jehová de Israel en los
enemigos de este. El amor
por aquellos que no han conocido su Palabra, la oportunidad de
alcanzarle a través de sus misericordias, aun para los más despiadados su amor
no se limita.
· Amós: La casa de David, ahora rechazada por Israel, un
día regirá la tierra. Predicción
del juicio contra las naciones vecinas, a causa de sus pecados. Las cinco
visiones del juicio venidero y las bendiciones que seguirán, después de este,
(pasado, presente y futuro para Israel y el mundo).
· Oseas: Jehová, rechazado por Israel, un día será el Dios
de todas las naciones. El juicio
de Dios se expresa en el nombre de sus tres hijos. En dos secuencias repite el ciclo del
adulterio, juicio, ternura y restauración.
· Miqueas: El príncipe venidero de Belén y su reinado
glorioso.
· Nahum: El juicio inminente de Nínive y su
desvanecimiento.
· Sofonías: Anuncia el juicio venidero, el inminente día de la
ira de Jehová caerá sobre Judá.
· Abdias: Por su enemistad contra el pueblo de Dios, Edom
perecerá del todo.
· Habacuc: La seguridad del triunfo final del Pueblo de Dios. "El
justo vivirá por “fe”.
· Hageo: El segundo templo, y el gran templo futuro.
· Zacarías: El Rey venidero su casa
y su gloria. El llamado a su pueblo al
arrepentimiento y volverse a su Dios.
· Malaquías: Último mensaje a la desobediente nación Mesiánica. El
padre amante y su hijo que ha deshonrado a su padre.
CONCLUSIÓN
Del anterior trabajo podemos
concluir que en la comunidad cristiana no faltan profetas que con su palabra y
su vida anuncian, impulsados por el Espíritu, la salvación de Dios al mundo. Son
hombres y mujeres que creen en el mundo nuevo instaurado por Jesús y luchan por
implantarlo oponiéndose a toda clase de injusticias y sin dejarse vencer por el
desaliento ni por el miedo a los poderosos y sabios de este mundo y además
dedican sus vidas y sus fuerzas en ayudar a todas las personas, especialmente las
más necesitadas.
Por lo tanto es importante
reconocer el papel que cumplieron estos profetas en la historia; como también
los profetas que hoy en día se dedican a la misma labor de llevar ese mensaje
social y por supuesto la palabra de Dios a todas las naciones.
CIBERGRAFÍA